El porridge es uno de mis desayunos favoritos, sobre todo en invierno, aunque desde que lo probé frío se va a convertir en un habitual todo el año. Son unas gachas de avena (quedan como con textura de papilla), se hacen en un momento y se pueden preparar con antelación y guardar en la nevera unos días.
La avena es un cereal muy completo, ya que además de carbohidratos y fibra, aporta más proteína, grasas y minerales que otros cereales, lo que hace que incluirla en el desayuno sea una muy buena opción.
¡Probadlo y me contáis!
INGREDIENTES
- 250 ml de leche o bebida vegetal
- 5 cucharadas de copos de avena
- Opcional: endulzante, canela, esencia de vainilla, fruta, cacao…
PREPARACIÓN
- Ponemos a calentar la leche a fuego medio-alto en un cazo y añadimos la avena. También añadiremos cualquier endulzante o especia que le queramos poner en este punto.
- Removemos sin parar con ayuda de una varilla o una cuchara de madera y, a medida que la leche empiece a hervir, el porridge se irá espesando.
- Cocinamos un par de minutos hasta que obtengamos la textura deseada y retiramos. Si nos queda demasiado pastoso podemos añadir más leche y mezclar bien de nuevo ya fuera del fuego.
- Cortamos la manzana en cubitos y la salteamos en una sartén con un poco de canela y jengibre en polvo.
- Servimos nuestro porridge frío o caliente con la manzana especiada por encima, y añadiendo cualquier otro topping que nos apetezca.
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