¿Qué alimentos engordan?

HABLEMOS DE… ¿QUÉ ALIMENTOS ENGORDAN?

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El tema de qué alimentos engordan o adelgazan es algo que creo que es importante aclarar, y a la pregunta «¿qué alimentos engordan?» la respuesta es simple: ninguno. O todos, según se mire.

Todos engordan porque absolutamente todos los alimentos tienen calorías, unos más y otros menos, por lo que si tenemos eso en cuenta todos podrían «engordar».

Y ninguno engorda porque ningún alimento en sí engorda o adelgaza. Es cierto que algunos tienen más fibra que otros, o pueden ser más laxantes, diuréticos o astringentes… Pero el hecho de engordar o adelgazar solamente depende (en personas sanas) de una cosa: que haya un déficit (en el caso de adelgazar) o un superávit (en el caso de engordar) calórico.

¿Qué alimentos engordan?
¿Qué alimentos engordan?

CALORÍAS QUE EL CUERPO NECESITA

El cuerpo quema calorías constantemente, incluso estando en reposo. En el post ¿Cuántas calorías diarias debo consumir? os explico qué es la tasa metabólica basal para que entendáis mejor ese concepto (si clicáis podréis acceder a él directamente).

En él también os explico cuántas calorías necesita realmente el cuerpo en función de sus características (peso, edad…) y de su nivel de actividad física para funcionar correctamente y mantener su peso.

Una vez conociendo las calorías que cada persona necesita para mantener su peso, y como es lógico, para adelgazar necesitará ingerir menos calorías, y para engordar, más.

¿Y QUÉ ES UN DÉFICIT CALÓRICO? ¿Y SUPERÁVIT?

Un déficit calórico implica pues una diferencia negativa entre las calorías consumidas y las calorías gastadas, es decir, consumir menos calorías de las que el cuerpo quema.

Un superávit calórico, en cambio, es lo contrario: implica una diferencia positiva entre las calorías consumidas y las gastadas, es decir, consumir más calorías de las que el cuerpo quema.

OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA

Eso sí, aunque esa sea la teoría existen algunas consideraciones básicas a tener en cuenta a la hora de llevarlos a cabo. Y es que, por un lado, para perder o ganar peso de manera saludable es importante hacerlo de forma lenta y progresiva; por eso el déficit o el superávit no deben ser demasiado agresivos. Se recomienda que haya una diferencia de entre 200 y 500 calorías (de menos o de más) en base a las calorías que necesite nuestro cuerpo para perder o ganar peso de manera saludable.

Por otro lado, también es importante tener en cuenta la calidad de esas calorías. Es decir, debemos asegurarnos de proporcionar al cuerpo alimentos que aporten calorías de calidad y que sean nutritivos, y descartar o controlar el consumo de alimentos poco nutritivos o que nos aporten calorías vacías, como puedan ser los ultraprocesados, el alcohol, etc.

Por último debemos ser conscientes de los macronutrientes que nuestro cuerpo necesita (grasas, proteínas e hidratos de carbono) para poder mantener una dieta equilibrada. Aunque llevemos una alimentación saludable debemos asegurarnos de ingerir alimentos que nos aporten los tres tipos de macronutrientes en las proporciones adecuadas.

La importancia de la hora
La importancia de la hora

¿ES REALMENTE IMPORTANTE LA HORA A LA QUE INGERIMOS ALGUNOS ALIMENTOS?

Existen muchos mitos que hacen referencia a los horarios en los que se debe o no comer determinados alimentos y sus supuestas consecuencias en la pérdida de peso.

Seguro que habéis escuchado muchas veces que «comer fruta por la noche engorda», «el desayuno es la comida más importante del día», «los hidratos por la noche engordan»…

Lo cierto es que cada alimento tiene una composición nutricional determinada y aporta unas calorías concretas, por lo que la hora a la que se consuman no afecta de forma mágica en si ayudan o no a perder peso.

Se suele afirmar que determinados alimentos deben evitarse por la noche por la falsa creencia de que se almacenarán directamente en forma de grasa porque el cuerpo por la noche no consume calorías. Sin embargo, la realidad es que el cuerpo consume calorías continuamente, incluso en reposo o durmiendo, por lo que esta teoría carece de sentido.

¿EN QUÉ PUEDE AFECTAR ENTONCES LA HORA A LA QUE LOS CONSUMIMOS?

Sí que es cierto que hay otros aspectos a tener en cuenta a la hora de consumir determinados alimentos, como puede ser su digestibilidad, si contienen sustancias estimulantes o relajantes, su capacidad saciante… Aunque esto no solo dependerá de la composición de los alimentos en sí sino que, en muchos casos, también dependerá de cómo reaccione cada cuerpo a ellos.

Por ejemplo, habrá personas con baja tolerancia a la cafeína que, si beben café por la noche, serán incapaces de conciliar el sueño, mientras que a otras no les afectará. Habrá otros casos en los que a alguien le cueste digerir determinados alimentos, como verduras crudas, lo que posiblemente no las convierta en la mejor opción antes de dormir, mientras que otras personas serán capaces de digerirlas sin problemas y podrán consumirlas.

En definitiva, siempre y cuando se tengan en cuenta los requerimientos nutricionales de cada uno, tanto en lo que se refiere a la cantidad como a la calidad de lo que se ingiere, el momento del día dependerá básicamente de las necesidades y gustos personales de cada uno y no de otros factores.

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