Aunque a priori lo de crema de guisantes pueda sonar algo raro es una de mis cremas favoritas con diferencia.
Su dulzor, textura y color verde maravilloso hacen que esta crema no me pueda gustar más.
La conocí de casualidad, ya que en Ámsterdam, en uno de los restaurantes en los que trabajé, yo era la encargada de preparar la sopa a crema del día y me veía en la obligación de variar e ir probando recetas nuevas.
Un día decidí probar con guisantes y ese día ha marcado un antes y un después, porque desde entonces me encanta.
INGREDIENTES
- 500 g de guisantes congelados
- 1 puerro
- 2 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- Agua
PREPARACIÓN
- Sofreír el puerro cortado y los ajos laminados junto con el laurel, hasta que estén blandos y un poco dorados. En ese momento añadir los guisantes (sin descongelar), remover y dejar cocinar unos minutos; salpimentar, echar agua (lo justo para cubrir) y cocinar a fuego medio hasta que los guisantes estén blandos (unos 10 o 15 minutos).
- Retirar la hoja de laurel y triturar todo, retirando antes un poco del agua si fuera necesario para que la crema no quede demasiado líquida al triturarla y poder usarla para ajustar la textura hasta obtener la deseada.
- Servir con una cucharadita de yogur o crema agria y unos taquitos de jamón crujientes.
Comentarios recientes