Este bizcocho de calabacín ha sido fruto de un (afortunado) accidente. Y es que ayer quería hacer un bizcocho de zanahoria (que ya va tocando colgaros receta de uno con lo que me gusta), y cuando ya tenía todos los ingredientes mezclados, abrí la nevera para coger las zanahorias y… sorpresa, solo tenía una. Fail.
Evidentemente no iba a tirar la masa, por lo que no me quedó otro remedio que improvisar algo. Y de repente encontré un calabacín moribundo en el cajón de las verduras que me estaba llamando a gritos… Y pensé que tampoco podía quedar mal. Así que lo rallé y se lo añadí a la masa, a lo loco.
Por fuera le quedó una pinta espectacular, eso es un hecho: doradito, crujiente pero esponjoso. Pero cuando ya se había enfriado y por fin lo corté empecé a perder esperanzas, porque a la vista parecía bastante apelmazado. Eso sí, al probarlo ya me dio todo igual, porque ¡qué rico estaba! De verdad. De apelmazado nada, el calabacín le da una jugosidad tremenda, y el sabor combinado con el del aceite de oliva virgen es perfecto.
Es posible (y probable) que si usáis un molde más amplio, al quedar más fino, suba más y quede más liviano a la vista, pero si lo hacéis como yo también os gustará seguro.
Si nunca se os había ocurrido usar calabacín para algo así os recomiendo encarecidamente que lo hagáis, porque aunque suene curioso el resultado lo vale. Y no sabe nada de nada a calabacín, por si a alguien le quedaba la duda…
INGREDIENTES
- 1 calabacín mediano
- 175 g de harina integral de trigo
- 3 huevos
- 150 g de aceite de oliva virgen
- 200 g de eritritol
- 10 g de levadura en polvo
- Semillas (opcional)
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.
- En un bol mezclamos bien los huevos con el eritritol.
- Añadimos el aceite e integramos.
- En otro bol mezclamos la harina con la levadura, y añadimos todo al otro bol, preferiblemente pasándolo por un colador o tamiz para darle aire a la harina.
- Con una espátula o varilla mezclamos todo hasta integrar toda la harina y, por ultimo, añadimos el calabacín rallado (pelado previamente).
- Pasamos a un molde engrasado, ponemos las semillas por encima y lo metemos en el horno.
- Cocinamos durante unos 40-50 minutos. Estará listo cuando esté dorado por fuera y, al introducir un palillo, este salga limpio.
- Dejamos enfriar nuestro bizcocho de calabacín completamente sobre una rejilla antes de servirlo.
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