Hoy no sabía qué comer, y al abrir la nevera he visto unas remolachas cocidas que dejé abiertas el otro día y se me ha ocurrido probar de hacer una pizza con masa de remolacha.
¡Y bendita la hora! Me ha encantado. La base ha quedado firme y super sabrosa, y de toppings le he puesto tomate concentrado, brócoli, champiñones, ajo tierno y queso feta con unas hojitas de menta fresca y la combinación ha sido ESPECTACULAR.
Evidentemente cada uno puede ponerle lo que más le guste, pero el feta y la menta son dos ingredientes ideales para combinar con la remolacha, por lo que os aconsejo que, si os gustan, la probéis.
INGREDIENTES
- 1 remolacha cocida
- 1 huevo
- Queso rallado (yo he combinado queso proteico EatLean con Grana Padano)
- Sal
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 220º con calor arriba y abajo.
- Rallamos la remolacha y, con un colador o una gasa o muselina, exprimimos bien para que suelte la mayor cantidad posible de líquido.
- Mezclamos la remolacha con el huevo, una pizca de sal y vamos añadiendo queso rallado hasta que la masa compacte y pueda moldearse.
- Ponemos la masa en la bandeja de horno forrada con papel vegetal y la extendemos bien con los dedos formando una capa fina y dándole forma a nuestra pizza.
- Horneamos durante 15 minutos. Sacamos del horno, ponemos los toppings que más nos gusten y devolvemos al horno por otros 10 o 15 minutos, hasta que los toppings estén listos y la masa esté dorada y crujiente por los bordes.
- Servimos nuestra pizza con masa de remolacha recién sacada del horno.
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